viernes, 11 de mayo de 2018

Peñoles y Club Santos invierten en la seguridad de México















El último fin de semana de abril del 2018 se llevó a cabo la Copa Santos Peñoles en donde alrededor de 2000 niños y niñas participaron en un torneo de Futbol, que tuvo lugar en la Ciudad de Torreón.

En este evento participaron 200 equipos mixtos de diferentes estados de la República Mexicana, de Houston, Tx. y de Colombia. 

El Estadio Corona, hogar del Club Santos, fue la cede de esta Copa. En la cancha principal los participantes y sus familiares ocupaban todo un lateral del estadio. En lo que comenzaba la inauguración oficial hubo un divertido y extraño juego de las botargas de los patrocinadores del evento. Durante este partido, los más de 2000 visitantes se divertían con pelotas de aire gigantes: entre ataques de risas, las aventaban de un lado a otro.

En eso empezamos a ver a diferentes chavitos que estaban casi a nivel de cancha gritando hacia las bancas. Eran tan efusivos sus gritos, que no se entendía bien qué decían.

Mientras los animadores interactuaban con el público, varios compañeros de prensa y yo nos sentamos en las bancas a descansar del “amable” sol del norte de México. En eso vi a un chavo que se me hizo familiar, le pregunté a una compañera de prensa y, al igual que yo, no tenía idea de quien era. Le preguntamos a uno de los chavos futboleros que se encontraban en la cancha y con cierta mirada de sorpresa nos contestó: Es Néstor Araujo. A lo que contestamos: ¿Quién? (Sí, el futbol no es lo mío). ¡Gracias a Google por evitarnos el ridículo! Jugador de la Selección Nacional Mexicana a quién entrevistamos más tarde y que subiré la próxima semana.

Comenzó la inauguración del evento, hablaron autoridades de Peñoles y Club Santos, y posteriormente, cantaron el himno de Santos, para continuar  con el Himno Nacional interpretado por una Banda del Ejército Mexicano. Posteriormente, hubo un espectáculo de futbolistas de freestyle, de música y de cheer and dance. La inauguración cerró con fuegos artificiales, para al día siguiente, iniciar el torneo en las canchas secundarias del Estadio Corona.

Los párrafos anteriores resumen brevemente la grandeza del evento; sin duda, lo que más llama la atención y lo más divertido. Sin embargo, lo más importante de la Copa Santos Peñoles está antes y después de dicho evento.

Ahora si, si el título de este artículo es: Peñoles y Club Santos invierten en la seguridad de México; ¿por qué demonios hablo de un torneo de futbol? Simple, por que ésa es la estrategia.

A pesar de que Peñoles tiene “apadrinados” algunos equipos, e incluso algunos son de hijos de sus colaboradores, hay una gran cantidad de equipos de la Academia Santos con participantes de todas las edades y de diferentes partes del país. En muchos casos, niños y niñas que viven en comunidades conflictivas. (Cierto, se me olvidó decirles: este año tuvieron una gran participación de niñas, bien allí con el trabajo en inclusión y equidad de género.) 

Actualmente, para muchos niños y jóvenes su máxima aspiración es ser narco: dejar la escuela, beber, drogarse, tener sexo a muy corta edad, ser criminales y ganar mucho dinero. Desafortunadamente no exagero, hace un par de semanas unos alumnos de cine de Guadalajara murieron y fueron disueltos en ácido por unos jóvenes; otro joven transmitió en vivo por Facebook una masacre de policías indicando que eso le pasaría a quien se metiera con su grupo; sin mencionar otros casos menos sonados.

Una de las cosas más importantes en la lucha contra la violencia y la mala salud es la prevención. Peñoles, Club Santos y los otros patrocinadores lo tienen muy claro. Y aquí es donde entra la Copa Santos Peñoles.

Los chavitos para poder entrar y permanecer en el equipo de futbol, que conforme pasa el tiempo, se vuelve como una segunda familia, tienen que cumplir con ciertos puntos:

  •        Buenas calificaciones, arriba de 8.5
  •        Ser respetuosos
  •        Hacerle caso a sus papás para que ellos los lleven a los entrenamientos.
  •        Ser disciplinados.
  •        Trabajar en equipo.
  •        Ser responsables.

Los niños están tan entregados a sus equipos, que hacen sus tareas bien y rápido, y ellos son quienes presionan a sus padres para llegar temprano a sus entrenamientos. Incluso, hay casos en los que, a pesar de estar en pleno aguacero, los niños y niñas prefieren seguir entrenado que suspender esta actividades.

Este programa ya lleva varios años, pero solo haré referencia a este año. Estos 2000 mexicanos fueron alejados durante 365 días de un futuro posiblemente violento e inseguro y, aunque ésta fuera su última Copa Santos Peñoles, se les han dado herramientas para que se mantengan lejos de la violencia por muchos años más.

Este tipo de actividades hacen que los participantes y sus familias desarrollen diferentes cosas, como por ejemplo: tener un plan de vida, tener esperanza de que una vida mejor es posible, saber que los sueños se pueden alcanzar y que vale la pena luchar por ellos pero siempre con respeto y responsabilidad.


Por un minuto imagina que tienes 8 años de nuevo y vives en una comunidad X en Jalisco: no puedes salir a jugar porque hay balaceras, y al día siguiente ves en el periódico que tu amigo y su papá fueron asesinados a unas cuadras de tu casa y que la semana pasada fue tu tío favorito la víctima. Darte cuenta que tu comunidad se ha convertido en un pueblo fantasma después de las 5pm porque nadie quiere salir por miedo. Ver a tus papás trabajando como locos para tener lo mínimo. Imagina la incertidumbre y desesperanza que esto te generaría: saber que tu futuro está en las armas y violencia; crecer pensando que lo único que lograrás es ser narco o tener un trabajo mal pagado y ser víctima del crimen organizado. Y de repente aparecen un balón y un tutor ( entrenador) que cree en ti y tienes un espacio seguro para jugar, te retan y ponen metas y las empiezas a alcanzar; y un año después terminas jugando en un estadio profesional. ¿Cómo te cambiaría esta experiencia?
 

El tercer día de la Copa en un partido de niños y niñas de unos 4-5 años de edad; uno de los niños del equipo perdedor estaba tan triste que no paraba de llorar: su padre lo consolaba con un abrazo lleno de amor y ternura. El evento también beneficia a los padres, dándoles un espacio para estar con sus hijos.



Esto es lo que significa en realidad la Copa Santos-Peñoles, cómo dice el Ing. Fernando Alanís, director de Peñoles,: el futbol es solo el pretexto.  Así es como estas dos instituciones y los demás patrocinadores invierten en la seguridad de México, en la seguridad de todos; en la tuya y la de tu familia.


 
 Sofía Bellinghausen