martes, 30 de junio de 2020

Cuando metes la pata,



Espero que la vez pasada dejara claro lo que es la corresponsabilidad y la responsabilidad, si no fue así, mándenme un mensajito en el blog o en la página de Facebook: Responsabilidad Social para todos

Recordando un poco el choro pasado sobre las obligaciones, la responsabilidad, la corresponsabilidad y la solidaridad. Hablamos sobre el impacto que tienen nuestras decisiones en terceros. Por eso se presentó una gráfica sobre la línea de acción personal (x) y la colectiva (y). Sin embargo, hay un eje más que agregar: el tiempo.

Las decisiones que TODOS tomamos a diario no solo tienen un impacto en nosotros, en nuestros seres queridos y en nuestra comunidad, también tienen un impacto en nosotros en el futuro, en nuestros seres queridos en el futuro ( incluyendo a los que aún no nacen o no conocemos), y en nuestra comunidad en el futuro.

Si ya sé que parece que me fumé algo, pero no. ¿Recuerdan la película de Volver al futuro? Donde cada acción que realizan los protagonistas modificando el pasado cambia radicalmente el presente. O como el abuelo Simpson dijo: 




Todas las acciones que tomamos tienen un impacto, ya sea inmediato, a corto, mediano o largo plazo; y afectan a más de una persona. Por ejemplo: hace un par de años, más o menos en mayo del 2020 -ya saben el año más largo de la historia- una chava se grababa haciendo malabares con fuego para TikTok en Tepoztlán, algo salió mal y ¡PUM! 60 personas tuvieron que ser evacuadas y se quemaron 60 hectáreas de bosque. Por la decisión que esta persona tomó, todos, en especial la gente local perdieron 60 hectáreas de bosque, quién sabe cuántos árboles y animales.

La pérdida de estos árboles y plantas afectará de distintas formas a la comunidad. Por ejemplo: podría ser que se pierdan varias toneladas de oxígeno emitidas por los árboles que murieron, o podría ser que se erosione esa zona y se causen derrumbes. Todo por una decisión.

Por ejemplo en esta imagen se ve el círculo de las relaciones de cada persona. Primero los más cercanos y hasta afuera los más lejanos a nosotros. 

Ahora si lo planteamos a futuro, quedaría más o menos así:



Podría parecer un caso muy extremista, pero con el agua que se deja correr es lo mismo, con el Covid-19 también, ¡y hasta con los guantes y tapabocas! Tú lo tiras y eventualmente se regresa.

Es necesario entender y aceptar que nuestras acciones tienen un impacto en más personas y a futuro. Y honestamente, excepto en temas de higiene y precaución Vs el Covid, con que se cambie UNA cosita, el impacto sería gigante. Acciones simples que se pueden hacer y tienen un gran impacto a largo plazo, solo comprométete a una o dos acciones. Con eso es suficiente por ahora. 

Por más cursi que se escuche, nuestras acciones son como una piedra en un lago: hacen una onda, y conforme pasa el tiempo, esa onda llega más lejos.



jueves, 25 de junio de 2020

Serás tan sano como la persona más inconsciente de tu país

"Serás  tan sano como la persona más inconsciente de tu país"


“Responsabilidad” una palabra que en general, empezamos a escuchar con frases tipo: Haz tu tarea! Es tu responsabilidad! O “si quieres una mascota, te tienes que hacer responsable”. Seamos honestos: prácticamente nadie quiere tener más responsabilidades de las que ya tiene. Sin embargo, hay un tipo de “responsabilidad” que pareciera que en México no existe: la corresponsabilidad. 

Si creían que el Covid-19 no sería eje central en mi choro, pues tienen razón. No lo será, bueno, no mucho. A final de cuentas, a muchos países nos está cargando el chahuistle por nuestra nula corresponsabilidad. Así que para plantear su importancia, lo que es y lo que no es, pondré de ejemplo en 3 periodos establecidos en Mexico: 1) el mes de septiembre del 2017; 2) la era del Covid-19 y 3) de ahorita al 2021.

Periodo 1

Muy probablemente, lo primero que pasó en tu cabeza fue el sismo del 19 de septiembre, pero en realidad la referencia empieza 12 días antes: el 7 de septiembre en la noche.

El movimiento fue fuerte y como buenos capitalinos, salimos de nuestras casas. Al terminar el sismo, algunos regresamos a nuestras casas a prender la TV y ver qué onda. “Un fuerte sismo en Chiapas, con una magnitud preliminar de más de 8 grados Richter”.

Al día siguiente empezamos a ver los estragos de uno de los sismos más intensos que han golpeado nuestro país. De inmediato montones de centros de acopio estaban recibiendo víveres para nuestros hermanos del sur del país. Como suele ser México en desastres: solidario.

19 de septiembre: en la fecha más impensable, empezó a temblar, justo minutos después del mega simulacro anual para conmemorar el sismo de 1985. En esta ocasión, la alerta sísmica no sirvió de nada. De inmediato, comenzamos a recibir mensajes sobre derrumbes.

Literalmente, a los segundos, ya había gente ayudando. Aún me conmueven las fotos. ¿En qué otro país los súpers se quedan vacíos porque todos fueron a comprar víveres para donar? ¿O en dónde se tiene que pedir que ya no vayan a ayudar porque hay muchos voluntarios?

Las noticias a nivel mundial pasaron de ser sobre los sismos a la conmovedora respuesta de los mexicanos. “Los mexicanos no cuentan con su gobierno para rescatarlos, se salvan ellos mismos” un título de Los Angeles Times. Los mexicanos de nacimiento y de corazón, somos solidarios. 

Periodo 2

En diciembre del 2019 empezó a correr la noticia de un virus que se expandía por China. A unas semanas, el virus llegó a Europa, y días más tarde, la tragedia golpeó a Italia y España. El 21 de enero, se detectó el primer caso de Covid-19 en EUA y el 27 de febrero en México. El 11 de marzo, la OMS declaró la pandemia por SARS-CoV-2.

A los pocos días de que el Covid-19 llegó a Mexico, cierto sector con poder adquisitivo empezó a hacer las brillates compras de pánico de alimentos, medicinas, pañales, tapabocas tricapa, tapabocas N95, Lysol, cloro, alcohol en gel y, como olvidar, papel de baño.

Algunos llenaron sus alacenas como si fueran un búnker nuclear; otros, se apañaron productos para venderlos un millón de veces más caros. Esto provocó que hasta los sectores médico y científico, de los que dependemos para salir de ésta, se quedaran sin equipo para trabajar minimizando su riesgo de exposición. 

Hasta la fecha, hay gente que vende los tapabocas que antes costaban no más de $60.00 ¡hasta en $300.00 cada uno! ¡Incluso a los medicos! (eso es no tener madre y estar muy, pero muy idiota... explicaré por qué más adelante). 

Independientemente de los mensajes que han dado las autoridades, desde el inicio de la cuarentena, un porcentaje muy importante de la población mexicana ha decidido no cuidarse: ir al Nuevo Mercado de la Viga, celebrar algún día o reunirse con la familia; obligar a los trabajadores no esenciales a asistir a sus puestos; o ir a trabajar porque tienen que hacerlo y no usar tapabocas. Vaya... “el tapabocas es muy incómodo y de algo nos tenemos que morir”. Por lo menos, están asumiendo su responsabilidad, ¿no? Pues seeee... dentro de lo que cabe, se están haciendo responsables de su salud y de su vida, pero las cosas son un poquito más complicadas. 

Aquí está la diferencia entre responsabilidad, corresponsabilidad y solidaridad. En la siguiente ilustración vemos como las obligaciones, responsabildiades y solidaridad personales impactan a la vida de los otros.  
  
Repasando un poco:
Solidaridad: no se tiene la obligación de ir a ayudar, se es libre de ir, no ir, hasta dónde hacerlo y no se tienen que asumir las consecuencias.

Responsabilidad: se toma una decisión y se debe de responder y asumir las consecuencias que implica. “Decidí no ponerme tapabocas porque a mí no me va a pasar nada: no creo en el covid. Debo asumir las consecuencias de mis decisiones”.
Imagen1


Ahora, a definir eso que nos falta a los mexicanos: corresponsabilidad.

La corresponsabilidad es la responsabilidad que tenemos hacia los otros. Vivir en una sociedad corresponsable es saber que el güey de junto me cuida y yo a él; es entender que si te cuido a ti y a los tuyos, también me estoy cuidando a mí.

Es por eso que apañarse productos de primera necesidad y alimentos sin pensar en los otros, es gravísimo. Primero, se puede romper la muy delicada cadena de producción y suministro que abastece a la sociedad entera, pudiendo causar un problema de desabasto prolongado.

Segundo: en la avaricia e inconsciencia, llevarse entre las patas a gente que no tiene el poder adquisitivo para hacer un súper masivo. Estos dos puntos podrían haber generado un ambiente de desesperación tal, que pudo haber terminado en violencia. Ubiquemos que empresas, a las que solo les importa vender, tuvieron que controlar la cantidad de productos por persona por la falta de un comportamiento civilizado.

Ahora, los que apañaron productos de limpieza y de protección personal para el sector salud y trabajadores esenciales para aprovecharse del libre mercado, nos pusieron en riesgo a todos. No digo que esté mal, pero tampoco hay que pasarse de lanza. Si un paciente con Covid llega a urgencias y por falta de equipo de protección personal uno solo de los médicos tratantes se contagia, asumiendo que resulta asintomático, ¿cuántas otras personas estarían en riesgo?

Especialmente en temas de salud de este tipo, mi propia salud depende de la salud del otro. Si al otro le quito el alcohol en gel y tapabocas para tener más, el riesgo de contagio aumenta; si se contagia uno, contagia a más personas, y en una semana se contagian muchos más. Y al final, el riesgo para todos aumenta.

En esta gráfica se puede ver un ejemplo de cómo las obligaciones, responsabilidades y solidaridad personales pueden tener un impacto en la sociedad.




¿A qué voy con todo esto? A que si alguien se cuida, también te está cuidando a ti; a que solo buscar dinero fácil vendiendo equipo de protección personal para profesionales de la salud demasiado caro y a gente normal, nos afecta a todos.

Por último, en el periodo 3, ¿qué deciciones y cambios podemos hacer?